Hace miles de años, los diamantes ya lucían en los cuellos y las coronas de la realeza, de príncipes y princesas. A lo largo de los siglos, con una triste infancia y adolescencia, la historia de los diamantes tuvo encuentros horribles con la violencia, la explotación de personas y el dolor de la Tierra.
Desde la invención de los diamantes de laboratorio en 1954, su narrativa se torna más esperanzadora, con una adultez prometedora y con un fuerte anhelo por garantizar un futuro mejor.
El compromiso con el medioambiente
No es ningún secreto que el planeta lleva décadas en declive: el calentamiento global, las emisiones de CO2, los incendios forestales y las grandes industrias que no hacen más que fomentar y acelerar esta cuesta hacia abajo tan vertiginosa.
Es natural perder la esperanza, creer que no existe alguien que se preocupe por la situación actual, cuando parece que todos se quedan de brazos cruzados.
Por suerte, las generaciones actuales muestran un fuerte compromiso por la ecología y la sostenibilidad. Consuela saber que las generaciones venideras también lucharán por frenar la decadencia de la Tierra. La demanda urgente, la concienciación de los jóvenes y su responsabilidad por enmendar los errores del pasado, arrojan un poco de luz sobre este episodio oscuro que vive el planeta.
“Cada día estamos un paso más cerca del punto de no retorno, pero más cerca también de encontrar soluciones”.
David Locco aporta su pequeño grano de arena gracias a la utilización única y exclusiva de diamantes creados en laboratorios, con el fin de permitir a la Tierra descansar alejada de abusos y contaminaciones irreversibles. Además, cuenta con un certificado del Instituto Gemológico Internacional (IGI) que lo acredita como la primera firma de joyería en utilizar únicamente diamantes éticos en sus piezas.
Es así como la unión entre el lujo y la sostenibilidad se crea, dando a luz joyas elegantes, atemporales y éticas.
El compromiso con el futuro
La tarea de David Locco va más allá de ayudar al medioambiente evitando la extracción minera y la huella de carbono: se encarga de trazar la senda que la industria del lujo ético debe seguir.
Creer en David Locco es apostar por un futuro colmado de valores, oportunidades y energías renovables que mantendrán a la Tierra con vida.